miércoles, 20 de febrero de 2013

¿Qué consecuencias tendrá para los ciudadanos?

  • Caída del consumo y paro.
    Cuando en una economía deprimida, el IVA se incrementa, las familias y empresas disminuyen el gasto que dedican a sus compras. Y es que esta subida en productos básicos como la ropa puede suponer un desajuste en el presupuesto familiar. De forma inevitable el consumo se retrae, lo que genera caídas de ingresos en las empresas, que se ven obligadas a despedir trabajadores o cerrar. Esto provoca un aumento del paro y, en una espiral destructiva, el consumo se contrae aún más.

  • Repercusión en el consumidor.
    El IVA es un impuesto que se aplica a los consumidores de manera indirecta, ya que son ellos quienes soportan este tributo, aunque los empresarios y fabricantes sean los obligados a ingresar sus cuotas a Hacienda. Ese porcentaje que deben aumentar termina añadiéndose en el precio final del producto o servicio. Por tanto, es el consumidor final quien hace frente a la subida.

  • Reducción poder adquisitivo y más diferencias sociales.
    Consumir los mismos productos a un precio más elevado hace que todos los ciudadanos vean reducido su poder adquisitivo. Una situación que se agrava para las personas con menores ingresos. La subida de este impuesto produce, así, una desigual redistribución de la renta y aumenta las diferencias sociales.

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